lunes, 13 de abril de 2015

¿Existe la química sexual entre dos personas?

¿Existe la química sexual entre dos personas?

31 enero 2014 a las 10:26 - Elisabeth Rigo



La respuesta corta es sí. Puede que esto nos recuerde mas al mundo animal y los reportajes delNational Geographic, pero lo cierto es que a pesar de años de evolución seguimos poseyendo unos sistemas que se encargan de perpetuar la reproducción sexual en la especie, unos sistemas que funcionan de forma muy distante al romántico concepto del amor.

Lo cierto es que nuestra biología nos dota de sustancias, olores y mecanismos que permiten una atracción física inmediata hacia una persona sin tener en cuenta muchas más variables que la apariencia y la química (es decir sin que medie el razonamiento de si esa persona nos conviene o no). Mecanismos muy primarios de respuesta muy rápida y en ocasiones bastante potente.

Hoy veremos cuáles son estos mecanismos que permiten la atracción física “a primera vista”.

¿Qué procesos median la atracción física o sexual?


Dividiría los procesos en tres:

ATRACCIÓN:

Mediada por las feromonas: Las feromonas son señales químicas excretadas por diferentes órganos del cuerpo de forma natural (son hormonas volátiles de tipo esteroide). Activan respuestas sexuales, territoriales o de alarma en otros miembros de la misma especie. La feromona principal masculina es la androstenona, las mujeres también la secretan pero de forma secundaria ya que la principal en ellas es el Androsteneriona. Otra feromona encontrada solo en las secreciones vaginales de la mujer (fértil) es la Copulina (que se asocia con un aumento de la producción de testosterona en hombres al percibirla). Estas feromonas se pueden encontrar por ejemplo en el sudor y la saliva (pero también en producciones menos lógicas como las lágrimas) ya que se secretan a través de la piel, pero también la podemos encontrar en los folículos capilares, la orina y los fluidos sexuales. Además durante el sexo estas dos hormonas producen excitación. Un dato interesante es que los desodorantes bloquean la cantidad de feromonas liberadas. Las feromonas aumentan el atractivo, mejoran las relaciones y pueden producir sentimientos de confianza y simpatía.

Las feromonas emitidas por un sujeto son percibidas por el otro a través del olfato, esto no quiere decir que nosotros seamos conscientes de haber “olido” las feromonas de otra persona, sino que el órgano que las “descompone” se encuentra en la nariz. En concreto hablamos del órgano vomeronasal que se encuentra 7 centímetros dentro de la nariz. Después de detectarlas (sin que nosotros seamos conscientes) el órgano vomeronasal envía la información al hipotálamo que se encargara de producir cambios hormonales y de las funciones biológicas según la información recibida. Los efectos que producen en el sujeto que las “percibe” pueden ser de tres tipos:

a) Iniciadoras: Varían el equilibrio hormonal del que las percibe.

b) Liberadoras: producen pautas de comportamiento específicas, como es el impulso sexual.

c) Informativas: Transportan información del emisor de la feromona, por ejemplo, estado de salud, edad, sexo…

Pero no debemos confundir las feromonas con el “olor sexual” que también es procesado por el olfato pero que funciona y proviene de otras estructuras. El olor sexual se corresponde a mensajeros químicos como el bisulfito de metilo y es emitido por la boca y los genitales por ejemplo.

En adición a estos dos procesos también intervienen en la atracción sexual las imágenes visuales que acaban actuando sobre la hipófisis (que a su vez regula las hormonas que actúan sobre los órganos).

En conjunto todos estos procesos producen actitudes de predisposición semiautomáticas y en gran parte incontrolables.

ENAMORAMIENTO:

Producido por hormonas y neurotransmisores: El enamoramiento surgiría cuando el cerebro empieza a producir feniletilamina (una anfetamina natural) como respuesta a la presencia de feromonas en el ambiente, esta produce euforia, alegría y ansiedad (es la responsable de las mariposas en el estomago, la aceleración de los latidos y el enamoramiento). Al inundarse el cerebro con esta sustancia producimos dopamina (también se segrega durante la conducta sexual) y noradrenalina, estas dos hormonas son responsables de los mecanismos de refuerzo y de hacer que una conducta se repita, producen excitación y son en parte las responsables de las decisiones “irracionales”.

En cierta manera también se verá afectada la función de la serotonina que nos ayudará a percibir cierta sensación de control (de los impulsos y deseos).

Las hormonas que influyen en el enamoramiento (si no se estimulan) alcanzan la meseta a los 18-36 meses, es por esto que se dice que el enamoramiento solo dura unos años, pero ojo porque es solo si no se mantiene una estimulación de estos mecanismos. Se entiende que el funcionamiento de la feniletilamida es agotador para el cuerpo que no puede seguir funcionando con tal grado de activación por un periodo más largo que el de los 2 años.

APEGO-MANTENERSE JUNTOS:

Son varias las hormonas implicadas en esta fase, destacan la oxitocina (segregada por el sistema límbico) cuyo nivel máximo se produce durante el orgasmo pero que también es segregada a través de caricias, abrazos, etc…(Participa en la elección de pareja, el apego y la confianza así como en la conducta maternal y la inducción de contracciones en el parto), lavasopresina se asocia a la monogamia, y por último las endorfinas que fomentan el sistema inmunitario y se asocian a respuestas anti estrés, alivian el dolor y mejoran la memoria (se asocian a efectos placenteros y responsable también del aumento del umbral de dolor durante las relaciones sexuales).

La oxitocina y la vasopresina pueden interferir con la dopamina y norepinefrina, explicando el cambio de fase de las relaciones cuando estas perduran en el tiempo.

Me parece interesante considerar que basándonos en la gran cantidad de “drogas” que implica estar enamorado no es extraño que ante una ruptura se pase tan mal, al fin y al cabo tenemos que vivir con el “mono” de no tener ya ni las anfetaminas ni las endorfinas circulando por nuestro organismo.

7 SEÑALES DE QUE PUEDES TENER DIABETES.

7 SEÑALES DE QUE PUEDES TENER DIABETES. 

La diabetes es una enfermedad cada vez más común en las personas, es por esto que hay que estar pendientes y saber más o menos cuáles son los síntomas de ésta, ya que puede traer serias consecuencias.

Así que si tienes sospechas, hay antecedentes en tu familia, o cumples con varios de los síntomas, es mejor consultar con un médico para evitar problemas después.

Sed excesiva: éste es uno de los síntomas más conocidos, ya que si tienes diabetes tu cuerpo desarrolla una sed excesiva e inusual. Puede pasar por dos razones, pero el resultado es el mismo; necesitas tomar agua más de lo normal.


Idas al baño: no es sorprendente, sobre todo porque si estás tomando más agua de lo normal, es natural ir al baño con frecuencia. Éste es otro clásico síntoma de la diabetes, y ocurre sobre todo en las noches, interrumpiendo tus horas de sueño.


Cansancio: estar cansando no es un síntoma tan común como los otros dos, pero sí puede indicar que tienes diabetes. Hay diferentes razones para que las personas se sientan cansadas, pero si se debe a esta enfermedad, el cansancio va a ser un poco fuera de lo normal, y lo mejor sería visitar al médico.


Picazón: es común que la picazón en el área genital sea un síntoma de la diabetes, aunque no necesariamente si existe la picazón se debe a esto. Sin embargo, puede ser causada por el exceso de azúcar, así que cualquier picazón o ardor en el área vaginal, es mejor chequearlo.


Problemas de la vista: esto ocurre por el exceso de azúcar en la sangre, y causa resequedad en los ojos o la visión borrosa; y si no se revisa a tiempo puede llevar a perder la vista. Pero no hay que alarmarse, por eso lo más recomendable es que cuando exista el más mínimos síntoma, se acuda al médico para salir de dudas.


Cicatrización lenta: si últimamente te has cortado y la herida se ha tardado mucho tiempo en sanar, esto puede ser síntoma de diabetes; ya que cuando las personas sufren de ésta, su sistema inmunológico se ve afectado y tardan más en sanar.


Aumento del apetito: esto como todo lo demás, puede ser causado por otra cosa (como un desbalance en la tiroides), pero si de la nada sientes más hambre, y te notas comiendo más sin razón aparente, es mejor ir al médico a que chequee qué está pasando.

domingo, 12 de abril de 2015

Personas víricas que consumen energía


Personas víricas que consumen energía


Llegan, nos contagian sus emociones negativas y nos dejan sin fuerzas.
Defenderse y protegerse de este tipo de personas es una obligación.
Parar los pies a los víricos victimistas no es abandonarles sino invitarles a tomar las riendas.





Seguro que usted se ha visto alguna vez en esa situación en la que después de mantener una conversación con un amigo se ha sentido desolado, ha contemplado el mundo con más tristeza y menos entusiasmo que antes de empezar la conversación, o ha pensado: “Madre mía, a este amigo no le pasa nada bueno, siempre tiene una queja”. Y en situaciones extremas, ha escuchado el teléfono, ha visto el nombre de la llamada entrante y ha dejado de atenderlo porque sabe que esa persona, de alguna manera, le va a complicar la vida: le va a contar un nuevo problema o seguirá hablando de su monotema, por lo general con temática “desgracia”. La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”.

¿Quiénes son las personas víricas? Aquellas que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, de envidia o cualquier otro tipo de emoción negativa que hasta ese momento no se había manifestado en su cuerpo. Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, poco a poco, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida.

El origen de la persona vírica puede ser variado: el mal genio, la envidia, la falta de consideración, el egoísmo, la estupidez o la falta de tacto. Lo importante es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio. El mundo está lleno de personas víricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.

Víricos pasivos. En esta categoría incluyo a los victimistas, los que echan la culpa de todo su mal a los que tienen alrededor, nunca son responsables de lo malo que les ocurre porque son los demás o las circunstancias los que provocan su malestar. Si les escucha y a usted le va bien, llegará a sentirse mala persona por disfrutar de lo que los victimistas no tienen. Y no porque no tengan posibilidad de hacerlo, sino porque han aprendido a obtener la atención a través de la queja y eso es cómodo. Se sienten maltratados por la vida y abandonados de la suerte. Por supuesto, le hacen sentir mal a quien no les presta la atención de la que se creen merecedores. Con estas personas sufrirá el contagio del virus tristeza, frustración y apatía.


“Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien” (Víctor Hugo)


Víricos caraduras. Son los que siempre le pedirán favores, pero a la vez no son capaces de estar atentos a sus necesidades. No mantienen relaciones bidireccionales en las que entreguen tanto como reciben. Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento. Son egoístas y egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional. Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.

Víricos criticones. Viven de vivir la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea. No espere palabras de reconocimiento hacia los demás ni que hablen de forma positiva de nadie, porque el que a los demás les vaya bien, les potencia su frustración como personas. No saben competir si no es destruyendo al otro. Arrasan como Atila. Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica. Y la culpa luego arrastra al virus del remordimiento.

Compañías peligrosas

Víricos con mala idea. Manténgalos bien lejos. Están resentidos con la vida, ya sea porque no han sido capaces de gestionar la suya o porque la suerte no les ha acompañado. Anticipan que las personas son interesadas y no esperan nada bueno de ellas. Todo lo interpretan de forma negativa, a todo el mundo le ven una mala intención. Viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. No soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque estas actitudes de superación les ningunean todavía más. Con estas personas sufrirá el contagio del virus indefensión, inseguridad, impotencia y ansiedad.

Víricos psicópatas. Para los que no lo sepan, no hace falta ser asesino en serie para ser un psicópata. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir la menor culpabilidad, remordimiento y sin pasarlo mal. De estos hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto a propósito, pegan, amenazan y provocan que se sienta ridículo, menospreciado, y se cargan la autoestima. Ante ellos, salga corriendo, porque el que lo hace una vez, repite. Si le permite que le maltrate, usted terminará pensando que ese es el trato que merece. Con estas personas sufrirá el contagio del virus miedo y odio. Muy difícil de erradicar, perdura durante mucho tiempo en su memoria.

Mecanismos de defensa. Para evitar el contagio de los víricos victimistas, lo primero que hay que hacer es pararles. Decirles que estará para ayudarles a tomar decisiones y solucionar problemas, pero no para ser el pañuelo en el que ahogan sus penas sin implicarse. Estas personas se acostumbran a llamar la atención con sus desgracias, pero son incapaces de responsabilizarse y actuar porque optan por el camino fácil: llorar.

Dígale que estará encantado de ayudarle siempre y cuando se movilice. Y si no lo hace, decida alejarse de alguien que ha tomado la decisión de ser un parásito toda la vida. No lo está abandonando, le está dando aliento para que actúe. Si decide no tomar las riendas de su vida, ser su paño de lágrimas, tampoco será una ayuda. Se gasta la misma energía quejándose que buscando soluciones. La primera opción consume y resta, y la segunda suma.


“La tristeza del alma puede matarte
mucho más rápido
que una bacteria”
(John. E. Steinbeck)


Ante el virus de pedir, el antivirus de decir no. Si usted no hace prevalecer sus necesidades y prioridades, ellos tampoco lo harán. Una cosa es ser solidario y otra muy distinta estar a disposición de todos y no estar nunca para uno mismo.

No permita que la persona vírica criticona haga juicios de otras personas que no estén presentes. Si lo hace con otros, también lo hará cuando usted no esté presente. No entre en su juego ni se identifique con esa conducta. Dígale que no le gusta hablar de personas que no están presentes. Y si se trata de rumores, dígale que no tiene la certeza de que el rumor sea cierto. Los rumores, la mayoría de las veces, son infundados, falsos o exagerados. Se propagan como el viento, y a pesar de que luego se compruebe que son falsos, el daño ya está hecho. Actúe como le gustaría que lo hicieran, con respeto, discreción y veracidad. Es más importante ser ético que evitar un conflicto con un criticón.

Y por último, no permita que nadie le falte al respeto y mucho menos le maltrate ni psicológica ni físicamente. Como personas, todos merecemos un trato digno. Hágase valer. Pida ayuda, póngase en su sitio, no consienta una segunda oportunidad a quien le ha hecho daño. El que le daña no le quiere; olvídese de justificarle por su pasado, su carácter, su educación, el alcohol o sus problemas. Nada, absolutamente nada, autoriza la falta de respeto y el maltrato físico y psicológico. Y esto es válido en el ámbito familiar, laboral y entre los amigos.

Rodéese de personas de bien, que le quieran y que se lo demuestren, que le hagan feliz, con las que salga con las pilas recargadas. Tenemos la obligación de ser felices y disfrutar. Hay mucha gente dispuesta a ello. No las deje escapar. Las personas estamos para ayudarnos, somos un equipo.

domingo, 5 de abril de 2015

¿El fin de la era del condón?

¿El fin de la era del condón?

abril 3, 2015 9:29 amPublicado en: Diario ABC España




Más de diez años después de ser aceptado como tratamiento para el VIH y pasados ya 30 meses desde que consiguió ser oficialmente considerado como una profilaxis para este mismo virus (PrEP), el fármaco Truvada va ganando popularidad y cobertura así como incidiendo en la vida sexual de Estados Unidos. abc.es

Este medicamento del laboratorio Gilead, que tiene su versión genérica del laboratorio indio Cipla, ha pasado por varios estados: tratamiento regular para infectados, píldora “del día antes»” o del “día después” de tener relaciones de riesgo y, desde hace ya dos años y medio, tratamiento regular diario para pacientes en riesgo.

En este último formato, el PrEP solo funciona de momento en Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica, aunque está en proceso para ser aprobado en Francia.

Y mientras los laboratorios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC en sus siglas en inglés) son claros y lo catalogan como una precaución adicional al uso de otras medidas, especialmente el preservativo, la aplicación práctica no es exactamente así.