Algunas prendas y accesorios de moda dañan la salud de una mujer.
La mayoría de las mujeres aman estar a la moda y que quieren tener en su closet las últimas prendas en tendencia, pero cuidado porque no todo lo que brilla es oro.
Cada vez que hay un Fashion Week ¿corres a las tiendas a buscar prendas parecidas o iguales a las de los desfiles para estar a la moda? Si eres de esas mujeres que necesitar estar “In” y con las prendas en tendencia, atenta a esta nota.
The Huffington Post, en conjunto con la American Chiropractic Association, realizaron un listado, en donde especifican como algunas prendas y accesorios de moda dañan la salud de una mujer.
Arete pesados: Aparte del riesgo de infección, los aros pesados pueden estirar con el tiempo los lóbulos de las orejas. También estos aros pueden quedar atrapados dentro del lóbulo, causando un daño mayor.
Cartera pesada con correas finas: Cuando llevas una de esas lujosas carteras de moda, y que además son de gran tamaño, es difícil caminar con naturalidad. Además los músculos están fuera de balance, haciendo que un hombro esté más arriba que el otro, lo que conlleva a una mala postura. Esto también puede conducir a la rigidez, dolores de cabeza y dolor de cuello y espalda.
Sostén mal ajustado: Los sostenes muy apretados podrían evitar el desarrollo de tejido muscular que proporciona soporte natural. Lo que finalmente acelerará la flacidez de tu busto.
Cinturones apretados: Si se usan muy ajustados, los cinturones pueden causar dolor y hormigueo, así como entumecimiento de las piernas al comprimir el nervio cutáneo femoral lateral, que se extiende desde el abdomen hasta la parte externa del muslo.
Guardar la billetera o el monedero en el bolsillo trasero del pantalón: Sentarse en una billetera gruesa crea un malestar en el músculo, el cual se extiende por debajo del ‘bolsillo del pantalón’, lo que se traduce en una postura asimétrica que causa malestar y dolor.
Usar colaless: Los materiales no transpirables, como el encaje, pueden atrapar la humedad y dar lugar a infecciones. El hilo delgado de la parte posterior también puede transferir fácilmente las bacterias de la materia fecal.
Pantalones y faldas apretadas: La ropa que es demasiado apretada puede hacerte perder el equilibrio y además restringen el movimiento, lo que resulta en una mala postura y la falta de alineación de la columna vertebral. También pueden comprimir los nervios, causando dolor y entumecimiento, y causar infecciones por hongos.
Tacones muy altos: Los tacones muy altos cambian el peso del cuerpo a las puntas de los pies, ejerciendo presión sobre el pie. Además, como las rodillas y las caderas son forzados hacia adelante, se corre el riesgo de hiperextensión, esguinces de tobillo, fracturas en la parte media del pie, neuromas, compresión de los nervios y que aparezcan juanetes.
Si os hospedáis en un hotel, por ejemplo, a menudo echamos un vistazo a la limpieza del baño, de la moqueta, o incluso exploramos las sábanas de la cama en busca de manchas sospechosas. Sin embargo, a nadie parece dolerle prendas cuando se tumba alegremente en la cama, agarra el mando a distancia de la televisión y empieza a cambiar canales.
Se ha vuelto frecuente que, mientras desayunamos, almorzamos o cenamos, estemos trajinando con nuestro móvil o nuestro tablet, ya sea para consultar el twitter, enviar algún mensaje, chequear las noticias, etc. Sin embargo, estos dispositivos contienen bacterias y gérmenes en cantidades 30 veces superiores a las de un inodoro común.
Al acudir a un restaurante, los más pudorosos (y hacen bien), se lavaban las manos antes de ponerse a comer. Sin embargo, de poco o nada sirve lavarse las manos enérgicamente con jabón si más tarde vamos a hojear el menú, tocamos el asiento para acercarnos más a la mesa o cogemos el salero, la salsa o la vinagrera para sazonar nuestra comida. Tales objetos son las cosas más contaminadas de bacterias del comedor de un restaurante.
