Cosas malas que pueden pasarte al estar en el inodoro.
Todos los días leemos sobre situaciones o lugares potencialmente peligrosos para nuestra salud, pero quien pensaría que estar sentado en el inodoro pudiera ocasionarnos tantos problemas o hasta la muerte. Después de leer estas líneas puedes que pienses diferente o cambies tus hábitos a la hora de ir al baño.
Pasar mucho tiempo en el inodoro es malo
Estar mucho tiempo sentado en el inodoro incrementa la presión en unas estructuras anatómicas conocidas como cojines anales.
Un grupo de especialistas señaló que la costumbre que se tiene de ir al baño con una revista o un libro contribuye tiene consecuencias peligrosas para la salud pues contribuye a la generación de hemorroides.
David Gutman, fundador y principal especialista en hemorroides, explicó que estar sentado en el inodoro mucho tiempo puede incrementar la presión en unas estructuras anatómicas, conocidas como cojines anales, las que se irritan de tal forma que pueden convertirse en hemorroides.
Las evacuaciones deben ser rápidas
A mucha gente le gusta leer mientras está en el baño, lo recomendado es que una vez que terminan, si insisten en querer quedarse y leer, deben de limpiarse, lavarse las manos, tapar el inodoro y sentarse encima, que es casi lo mismo ya que muchas personas piensan en el baño como en una especie de oficina pero no lo es.
Puedes morir mientras defecas
Al escuchar esto, muchas personas recordaran haber leído sobre una persona muerta al explotar el baño por que estaba fumando. Pues bien, esa es también una posibilidad, pero existe una pequeña posibilidad de abandonar este mundo en tan indecorosa situación, haciendo caca, de una manera menos explosiva, pero deben concurrir, obligatoriamente, dos circunstancias: haber padecido algún accidente vascular o insuficiencia cardiaca y, además, tener problemas a la hora de ir al baño, con excrementos secos y duros.
Cuando ocurre esto último, el estreñimiento obliga a realizar un gran esfuerzo, lo que concentra el flujo sanguíneo en el abdomen. Como consecuencia, al cerebro y el corazón les llega menos riego, lo que para personas con problemas del sistema circulatorio puede resultar fatídico.
Es como cuando, por ejemplo, al coger un peso excesivo, la sangre se concentra en la zona del tórax y se produce un ictus.
Pero esto ocurre muy excepcionalmente; si estás sano, no temas darlo todo en el WC.
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