sábado, 14 de junio de 2014

El trabajo en equipo es mejor que tener puras estrellas.

El trabajo en equipo es mejor que tener puras estrellas.



Recuerdo claramente cuando de chico, un entrenador nos decía que la cosa no era cuestión de individualidades, se trataba de que todos trabajarnos en equipo. En ocasiones he visto como equipos con puras estrellas, es derrotado por uno que si bien no tiene tantas estrellas, trabajan coordinadamente en equipo sacrificando su gloria personal por el colectivo, en el beisbol las estrellas bateadoras, se niegan a sacrificarse para traer un hombre a la goma y prefieren tratar de conectar un homerun antes que sacrificarse por el equipo, el el futbol todas las estrellas quieren anotar un gol y terminan perdiendo el partido y así en muchos deportes más.

Ya comenzó la Copa Mundial de la FIFA y en plena disputa de las finales de la NBA, acaba de publicarse en la revista Psychological Science un estudio que los entrenadores habrían de tener muy en cuenta de cara a ganar sendos campeonatos.

Al contrario de lo que puede parecer, contar con demasiado talento en un equipo puede ser contraproducente. La investigación, dirigida por el profesor Roderick Swaab, demostró que la presencia de un alto número de deportistas con una habilidad nata socava la voluntad de los jugadores de coordinar su juego, comprometiendo el rendimiento general del equipo. “El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos", que decía Michael Jordan.

La clave del éxito no reside en aglutinar el mayor número posible de deportistas prodigio. Así concluye la investigación llevada cabo por el científico del INSEAD, que ha demostrado que la relación entre el talento y el rendimiento no es directamente proporcional, sino que, en el caso de deportes con altos niveles de interdependencia como el fútbol y el baloncesto, la calidad individual facilita el desempeño del equipo sólo hasta cierto punto. Si traspasamos esa “línea de marcaje”, los beneficios de tener superestrellas en nuestras filas van decreciendo, ya que los jugadores no logran armonizar su juego y el rendimiento del conjunto decae. En el caso de deportes más individualistas, como el béisbol, los altos niveles de talento no parecen perjudicar la táctica grupal.

Esta información puede ser de ayuda tanto para los seleccionadores como para los propios deportistas, ya que no es el único perjuicio derivado del juego en solitario: estudios previos han demostrado que quienes no cooperan salen perjudicados a largo plazo.

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