Estudio afirma que no existe gran diferencia entre los alimentos orgánicos y los tradicionales.
Científicos de la Universidad de Stanford (EE UU) han estudiado si los alimentos orgánicos son más seguros o más sanos que las alternativas tradicionales. Según sus conclusiones, dadas a conocer esta semana en la revista Annals of Internal Medicine, la respuesta parece ser negativa.
La investigación, en la que se han analizado 240 artículos científicos relacionados con esta materia, indica que no existen apenas diferencias entre ambos tipos de alimentos, al menos en lo que a la salud se refiere.
La investigación ha sintetizado los resultados de 17 estudios realizados con humanos con alimentación orgánica y convencional y 223 que comparaban los niveles de nutrientes, bacterias o contaminación por pesticidas en ambos tipos de alimentos. Tras el análisis de los datos obtenidos, los autores no han encontrado diferencias consistentes en el contenido vitamínico. Tan solo un nutriente, el fósforo, aparece en mayor medida en los alimentos orgánicos, algo que, según los investigadores, no tiene mucha relevancia clínica ya que solo un pequeño porcentaje de la población sufre una deficiencia de este elemento.
En concreto, en el caso de la leche tampoco existen distinciones en la cantidad de proteínas y grasas entre la orgánica y la convencional, aunque algunos estudios muestran que hay una mayor cantidad de ácidos grasos omega-3 – muy beneficiosos para el organismo- en la leche orgánica.
El único aspecto donde los alimentos orgánicos parecen sacar ventaja es en la presencia de pesticidas, ya que tienen un 30% menos de riesgo de contaminación que los productos convencionales. Aun así, los autores del estudio aseguran que las frutas y verduras orgánicas no están totalmente libres de pesticidas y que, en cualquier caso, toda la comida suele estar dentro de los límites permitidos. No obstante, Bravata asegura que “si miras más allá de los efectos sobre la salud, hay otras muchas razones para elegir productos orgánicos”, y señala las ventajas en relación al sabor de los alimentos y su mayor respeto con el medio ambiente.
La popularidad de los productos orgánicos ha crecido considerablemente en los últimos años pese a que en ocasiones el precio de estos alimentos llega a ser el doble que el de los convencionales. Entre 1997 y 2011, las ventas han pasado de 3.600 millones de dólares a 24.400 millones en EE UU.
La investigación, en la que se han analizado 240 artículos científicos relacionados con esta materia, indica que no existen apenas diferencias entre ambos tipos de alimentos, al menos en lo que a la salud se refiere.
La investigación ha sintetizado los resultados de 17 estudios realizados con humanos con alimentación orgánica y convencional y 223 que comparaban los niveles de nutrientes, bacterias o contaminación por pesticidas en ambos tipos de alimentos. Tras el análisis de los datos obtenidos, los autores no han encontrado diferencias consistentes en el contenido vitamínico. Tan solo un nutriente, el fósforo, aparece en mayor medida en los alimentos orgánicos, algo que, según los investigadores, no tiene mucha relevancia clínica ya que solo un pequeño porcentaje de la población sufre una deficiencia de este elemento.
En concreto, en el caso de la leche tampoco existen distinciones en la cantidad de proteínas y grasas entre la orgánica y la convencional, aunque algunos estudios muestran que hay una mayor cantidad de ácidos grasos omega-3 – muy beneficiosos para el organismo- en la leche orgánica.
El único aspecto donde los alimentos orgánicos parecen sacar ventaja es en la presencia de pesticidas, ya que tienen un 30% menos de riesgo de contaminación que los productos convencionales. Aun así, los autores del estudio aseguran que las frutas y verduras orgánicas no están totalmente libres de pesticidas y que, en cualquier caso, toda la comida suele estar dentro de los límites permitidos. No obstante, Bravata asegura que “si miras más allá de los efectos sobre la salud, hay otras muchas razones para elegir productos orgánicos”, y señala las ventajas en relación al sabor de los alimentos y su mayor respeto con el medio ambiente.
La popularidad de los productos orgánicos ha crecido considerablemente en los últimos años pese a que en ocasiones el precio de estos alimentos llega a ser el doble que el de los convencionales. Entre 1997 y 2011, las ventas han pasado de 3.600 millones de dólares a 24.400 millones en EE UU.
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