sábado, 15 de diciembre de 2012

Estudio afirma que los bebes prematuros tienden a tener coeficientes intelectuales más bajos.


Estudio afirma que los bebes prematuros tienden a tener coeficientes intelectuales más bajos.
 
Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud publicado este mismo año, el número de niños nacidos antes de término ronda los 15 millones y sigue en aumento. La edad de la madre, el empleo de tratamientos de fertilidad o el estrés en los últimos meses de embarazo son algunos factores que, al parecer, estarían relacionados con el aumento de la prematuridad al nacer.

¿Ser prematuro tiene consecuencias cerebrales?
Parece que sí. Distintos estudios han encontrado que los niños nacidos antes de tiempo poseen unas características cerebrales específicas. Y lo que es más, este perfil cerebral les podría acompañar hasta la edad adulta, según expertos del Institute of Psychiatry de Londres. Tras analizar la microestructura de la sustancia blanca cerebral con una moderna técnica de neuroimagen, los investigadores encontraron que los adultos con antecedentes de prematuridad tenían alteraciones en la sustancia blanca a nivel del cuerpo calloso (un enorme haz de fibras que comunica los dos hemisferios cerebrales), y también en áreas sensoriomotoras y de asociación de ambos lados del cerebro.

¿Influye el ser niño prematuro en el rendimiento escolar o laboral?
El equipo del Institute of Psychiatry de Londres explica que las alteraciones en el cerebro de esos adultos se asociaron con un peor rendimiento en tareas de aprendizaje y memoria verbal, fluidez verbal y funciones ejecutivas. Datos similares se han encontrado también en adolescentes que nacieron prematuros. El perfil que se ha descrito muestra una tendencia a poseer cocientes intelectuales más bajos que sus iguales nacidos a término, y una mayor frecuencia de alteraciones del comportamiento y necesidad de apoyo académico.

Teniendo en cuenta el número creciente de niños nacidos antes de tiempo y las consecuencias que ello puede tener a nivel intelectual, parece evidente la necesidad de determinar qué actividades y programas pueden ofrecerse para promover su desarrollo cognitivo. Ya existen programas de atención temprana que persiguen este objetivo con niños de 0 a 3 años. Sin embargo, resulta interesante plantear la necesidad de iniciativas que ayuden a estas personas a desarrollar todo su potencial cognitivo no sólo en la infancia, sino también en el desempeño de sus labores académicas y profesionales a lo largo de la vida.

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