Cuando el sol aprieta, una alimentación adecuada y una buena hidratación son claves para ayudar al cuerpo a mantenerse en condiciones, sobre todo en el caso de niños, ancianos y enfermos, que son más vulnerables cuando los mecanismos de termorregulación están alterados. Hidratarse bien antes, durante y después de una actividad que requiera de gran esfuerzo físico, es obvio pero a parte de eso, a continuación algunas comidas, como las siguientes, ayudan a refrescarse:
Especias y pimientos picantes
Tienen la virtud estos ingredientes vegetales de aumentar el calor interno del organismo y provocar la secreción abundante de sudor. Al contrario de lo que se suele pensar, lo más frío no siempre es lo mejor.
Cuando se toman helados o bebidas con hielo, la temperatura corporal baja rápidamente, pero el organismo enseguida contrarresta este efecto aumentándola de nuevo, de manera que la sensación de frescor dura muy poco. Por el contrario, las comidas picantes suben los grados del cuerpo hasta igualarlos con los del ambiente. Así, se estimula la circulación sanguínea y se produce más sudor, cuya evaporación sobre la piel nos ayuda a refrigerarnos.
Moras y frambuesas
Los frutos rojos y las bayas son ricos en antocianinas, unos pigmentos solubles que les dan sus característicos tonos púrpuras y encarnados.
Esos compuestos tienen un importante efecto antiinflamatorio y disminuyen la presión arterial y facilitan la vasodilatación, con lo que ayudan al cuerpo a bajar su temperatura a través de la circulación: se redistribuye el flujo sanguíneo hacia los tejidos externos (piel y órganos del aparato respiratorio), lo cual permite eliminar el exceso de calor por conducción y convección. Además, las antocianinas mejoran el metabolismo y reducen el estrés oxidativo de las células, relacionado con la producción interna de calor.
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