Estudio afirma que amamantar al bebe mejora su éxito social en el futuro.
Alimentar a un bebé con leche materna estimula la capacidad de que este ascienda en la escala social y disminuye las posibilidades de que descienda socialmente, según concluye un estudio publicado en la revista Archives of Disease in Childhood. Los autores lo achacan a que la lactancia materna mejora el desarrollo del cerebro, aumentando el intelecto, además de reducir el estrés.
Las conclusiones se basan en los cambios en la clase social de los dos grupos de personas nacidas en el año 1958 (17.419 personas) y en 1970 (16.771 personas). Los investigadores preguntaron a las madres de los niños, cuando estos tenían entre 5 y 7 años, si les habían dado el pecho, y luego compararon la clase social de los niños cuando tenían entre 10 y 11 años con su clase social en la edad adulta, alrededor de los 33 o 34 años. La clase social se clasificó en una escala de cuatro puntos, desde no calificados/manual hasta semi-calificada de profesional/empresarial.
Los análisis mostraron que los niños que habían sido amamantados tuvieron muchas más posibilidades de haber subido en la escala social que los que no habían sido amamantados. El llamado efecto "lactancia" ha demostrado ser una práctica que aumenta las posibilidades de movilidad ascendente en un 24 por ciento y reduce las probabilidades de movilidad descendente en un 20 por ciento para ambos grupos.
La evidencia sugiere que la lactancia materna aporta beneficios a la salud de una amplia gama a largo plazo y que las ventajas persisten en la edad adulta, dicen los autores. Eso sí, los investigadores señalan que es difícil determinar con precisión qué ofrece mayor beneficio para el niño: los nutrientes que se encuentran en la leche materna o el contacto piel con piel durante la lactancia. "Tal vez la combinación de contacto físico y los nutrientes más adecuados necesarios para el crecimiento y desarrollo del cerebro está implicados en la mejora neurocognitiva y los resultados de adulto de los niños alimentados con leche materna", concluyen.
Las conclusiones se basan en los cambios en la clase social de los dos grupos de personas nacidas en el año 1958 (17.419 personas) y en 1970 (16.771 personas). Los investigadores preguntaron a las madres de los niños, cuando estos tenían entre 5 y 7 años, si les habían dado el pecho, y luego compararon la clase social de los niños cuando tenían entre 10 y 11 años con su clase social en la edad adulta, alrededor de los 33 o 34 años. La clase social se clasificó en una escala de cuatro puntos, desde no calificados/manual hasta semi-calificada de profesional/empresarial.
Los análisis mostraron que los niños que habían sido amamantados tuvieron muchas más posibilidades de haber subido en la escala social que los que no habían sido amamantados. El llamado efecto "lactancia" ha demostrado ser una práctica que aumenta las posibilidades de movilidad ascendente en un 24 por ciento y reduce las probabilidades de movilidad descendente en un 20 por ciento para ambos grupos.
La evidencia sugiere que la lactancia materna aporta beneficios a la salud de una amplia gama a largo plazo y que las ventajas persisten en la edad adulta, dicen los autores. Eso sí, los investigadores señalan que es difícil determinar con precisión qué ofrece mayor beneficio para el niño: los nutrientes que se encuentran en la leche materna o el contacto piel con piel durante la lactancia. "Tal vez la combinación de contacto físico y los nutrientes más adecuados necesarios para el crecimiento y desarrollo del cerebro está implicados en la mejora neurocognitiva y los resultados de adulto de los niños alimentados con leche materna", concluyen.
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