Para vivir más, hay que prestar atención a nuestras quejas cognitivas.
Al igual que hay que prestar atención a los ruidos que emite nuestro auto o nuestra computadora para prevenir posibles daños, igual de importante o más es prestar atención a las señales que genera nuestro cuerpo o nuestra mente.
Según un estudio reciente publicado en The Journal of Psychiatry Research (2014), el tipo de queja que expresemos en relación a nuestro funcionamiento mental es determinante en el riesgo de mortalidad. Es decir, dependiendo de lo que nos aflija de forma subjetiva (muchas veces no se corresponde con el rendimiento cognitivo real) estaremos ante una mayor o menor esperanza de vida.
Un total de 15.510 personas de mediana edad participaron en la investigación (la edad media fue 57.9 años). Se les realizaron preguntas acerca de cómo percibían ellos su funcionamiento, por ejemplo en memoria, la capacidad para retener información, su habilidad de cálculo mental, el lenguaje o la orientación, y también sobre si habían buscado consejo médico en relación a esas quejas cognitivas de tipo subjetivo. Los resultados mostraron que un 56.3% de los participantes se quejaron de problemas de memoria, un 62.6% de ellos tuvo quejas sobre su funcionamiento en otras áreas, y 651 personas fallecieron tras el estudio inicial.
En general, las quejas cognitivas se asociaron con la depresión, y ésta con una mayor tendencia a la mortalidad. Pero lo más significativo del estudio fue que, incluso controlando factores como la edad, el nivel educativo, el estado civil y el grado de depresión, las quejas cognitivas sobre la capacidad de cálculo mental sí se asociaron con una mayor mortalidad. No sucedió igual con las quejas de memoria. Sin llegar a ser alarmistas, ya conoces el refrán: "más vale prevenir que lamentar". Así que, si crees que tus capacidades para calcular, concentrarte o recordar ya no son lo que eran, mejor será entrenarlas y fortalecerlas.
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