miércoles, 9 de octubre de 2013

Síndrome de Fatiga Crónica

Síndrome de Fatiga Crónica



Para ser considerada como enfermedad rara, cada patología específica sólo puede afectar a menos de 5 de cada 10.000 habitantes (o a menos de 1 cada 50.000 personas, caso de las ultra-raras).

Sin embargo, la suma de estas patologías poco frecuentes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen cerca de 7.000, afecta a un gran número de personas, entre un 6 y un 8% de la población mundial; es decir, aproximadamente 500 millones de personas. Sólo en España, se estima que existen más de 3 millones de pacientes de enfermedades raras. Entre estas enfermedades conocidas como raras se encuentra el Síndrome de Fatiga Crónica(SFC).

Esta patología se caracteriza por producir un cansancio intenso y continuo, que además no se alivia con el descanso y que, por si fuera poco, no está causado directamente por otras enfermedades.

Causas
Se desconoce la causa exacta que puede determinar la aparición del Síndrome de Fatiga Crónica, aunque algunas teorías apuntan a que podría deberse a algunos virus o a una inflamación en el sistema nervioso, debido a una respuesta defectuosa en el sistema inmunitario.



Entre los factores de riesgo destacan la edad, el estrés, la genética, los factores ambientales y sufrir alguna enfermedad previa.

Se sabe, además, que esta enfermedad rara afecta con mayor frecuencia a mujeres con edades comprendidas entre los treinta y los cincuenta años.

Síntomas

Los síntomas que presenta un paciente con Síndrome de Fatiga Crónica son muy similares a los que podría sufrir, por ejemplo, con la gripe y otras enfermedades virales comunes, es decir, dolor muscular, dolor de cabeza y, por supuesto, fatiga extrema. Sin embargo, en el caso del SFC, estos síntomas permanecen más tiempo, aproximadamente seis meses y en ocasiones incluso más, y son tan intensos que impiden realizar las tareas cotidianas con normalidad.
Además de estos síntomas frecuentes, existen otros que también pueden darse en los pacientes como, por ejemplo:

Sentir cansancio durante las 24 horas después a haber realizado un ejercicio que normalmente se considera sencillo.

No sentirse descansado después de haber dormido las horas suficientes.

No gozar de buena memoria.

Tener problemas para concentrarse.

Sentir confusión.

Sufrir dolor articular pero sin hinchazón ni enroquecimiento.



Sufrir dolores de cabeza diferentes a los padecidos en el pasado.

Irritabilidad.

Fiebre leve.

Debilidad muscular.
Dolor de garganta.

Sensibilidad en los ganglios linfáticos del cuello o la axila.

Diagnóstico

La mejor forma de diagnosticar el Síndrome de Fatiga Crónica es descartando que el cansancio que siente el paciente se debe a otras causas como, por ejemplo:

Farmacodependencia.
Trastornos autoinmunes o inmunitarios.
Infecciones.



Enfermedades musculares o neurológicas, como por ejemplo la Esclerosis Múltiple.

Enfermedades endocrinas, como por ejemplo el hipotiroidismo.

Otras enfermedades como cardiopatías, nefropatías o hepatopatías.

Enfermedades psiquiátricas o psicológicas, particularmente depresión.

Tumores.

Además de ausencia de otras causas que puedan provocar fatiga crónica, para diagnosticar SFC es necesario al menos cuatro de los síntomas específicos de esta enfermedad y fatiga extrema o prolongada. Y es que, es importante recordar que no existen pruebas específicas para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento

Actualmente no existe ninguna cura para el Síndrome de Fatiga Crónica, por lo que el tratamiento consistirá únicamente en aliviar los síntomas. Muchos pacientes experimentan depresión y otros problemas psicológicos que pueden mejorar con el tratamiento.

En general, el tratamiento abarca:

Terapia cognitiva-conductual (TCC) y ejercicio gradual para ciertos pacientes.

Dieta saludable.

Técnicas de manejo del sueño.

Medicamentos para reducir el dolor, la molestia y la fiebre.

Medicamentos para tratar la ansiedad (ansiolíticos).

Medicamentos para tratar la depresión (antidepresivos).



Además, los expertos aconsejan a estos pacientes:

Mantener una vida social activa.

Ejercicio físico liviano controlado por el médico.

Técnicas de relajación y reducción del estrés.

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